El cordón andón era un cordón físico que corría a lo largo de la linea de producción y que al momento de tocarlo la detenía en seco. Cuando esto sucedía todo el mundo se acercaba al trabajador para tratar de entender qué pasó y resolver el problema. La mecánica era siempre la misma: preguntarse entre todos cinco veces ¿por qué? había sucedido este problema y a través de este análisis reiterativo intentar llegar a la causa raíz. La finalidad era no perder el tiempo simplemente resolviendo síntomas que sin duda se volverían a presentar, sino de una vez por todas llegar a la verdadera causa raíz del problema y resolverlo correctamente antes de reiniciar la linea.
Por eso hoy me gustaría analizar contigo esta poderosa metodología que revolucionó la productividad en la fabrica, la oficina, los negocios y las vidas de muchas personas.
Si cada vez que nos encontremos frente a un problema tiramos del cordón andón y nos preguntamos cinco veces ¿por qué? esto ha pasado y qué podemos hacer para solucionarlo de tajo vamos a salir fortalecidos. Lo que es más, he comprobado en mi vida personal que esta extraordinaria filosofía no solo sirve para resolver problemas sino para buscar oportunidades e incluso penetrar en el sentido de la vida.
¿Entonces como funciona? Imagínate que tienes una cebolla que está compuesta de varias capas. Cada vez que preguntas ¿por qué? es como si le vas pelando una capa a la cebolla para penetrar cada vez más hacía su corazón. El objetivo de las preguntas repetitivas es precisamente este, entender cada vez mejor la causa y el efecto y así poder llegar a la causa raíz del problema. Simplemente al seguir preguntando ¿por qué sucedió? y ¿cuál es la causa del problema? la respuesta a la primera pregunta desencadena la siguiente y así subsecuentemente hasta realmente entender de que se trata el problema y que hay que hacer para que no vuelva a suceder.
Y como dije hace un momento la belleza de este método es que no únicamente funciona para manufactura sino para ventas, mercadotecnia, planeación estratégica y el deleite de profundizar en lo importante de la vida.
Veamos el proceso en acción.
Imaginémonos que queremos ayudar a un colaborador a entender el valor de su trabajo. Digamos que ella es una persona poco motivada porque no entiende la contribución real que hace con su trabajo. Veamos que pasa cuando le preguntamos cinco veces para que sirve su labor.
¿Y tú qué haces?: Soy maestro.
- ¿Y eso para qué sirve?: Para enseñar cosas a la gente
- ¿Y eso para qué sirve?: Los alumnos obtienen conocimientos básicos de cultura.
- ¿Y eso para qué sirve?: Al tener información pueden elegir su futuro.
- ¿Y eso para qué sirve?: Pueden estudiar lo que les guste y ser felices.
- ¿Y eso para qué sirve?: La sociedad se mejora con gente inteligente y capaz.
A entonces realmente tu trabajo no es enseñar sino ayudar a que la sociedad siga creciendo y que todos tengamos un trabajo que nos realice. Sin duda un objetivo mucho más significativo.
Ahora hagamos el mismo ejercicio con una ama de casa.
¿Qué vamos a hacer?: Una limpieza general de la casa.
- ¿Y por qué es importante?: La casa está limpia.
- ¿Y por qué es importante?: Al estar limpia está bonita.
- ¿Y por qué es importante?: Al estar bonita la gente está más a gusto.
- ¿Y por qué es importante?: Al estar más a gusto la convivencia es mejor.
- ¿Y por qué es importante?: Al tener una convivencia mejor, la familia es feliz.
Entonces en resumen. Normalmente las metodologías más poderosas son también las más sencillas. Preguntar cinco veces ¿por qué? es realmente fácil y efectivo. La cosa es que hay que hacerlo. Entonces te invito hoy mismo a identificar alguna piedra sobre la cual se siguen tropezando y a pregúntase cinco veces ¿por qué? y verás como casi por acto de magia como se aclara el panorama y aumenta tu resolución.
Ataca el problema tan pronto aparece y pregúntate cinco veces ¿por qué? sucedió.
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