La clave para comunicarse es escuchar primero y luego hablar. Todos deseamos ser comprendidos, respetados y valorados por lo que somos.
Para comprender a otra persona, debes escucharla. Cuando los demás hablan, pocas veces escuchamos ya que generalmente estamos demasiado ocupados en preparar una respuesta, juzgar o filtrar sus palabras para nuestros propios paradigmas.
Cincos malos estilos para escuchar:
Distraerse: es cuando alguien nos habla pero lo ignoramos porque nuestra mente esta en otro lugar.
Fingir que se escucha: es cuando seguimos sin poner mucha atención a la otra persona, pero al menos fingimos hacerlo.
Escuchar selectivamente: Es cuando ponemos atención solo a una parte de la conversación.
Escuchar sólo a palabras: ocurre cuando realmente ponemos atención, pero sólo escuchamos las palabras y no realmente lo que se quiere decir, los sentimientos o el verdadero significado de las palabras.
Escuchar de manera egocéntrica: sucede cuando vemos todo desde nuestro punto de vista. Tres modos de escuchar: juzgar, aconsejar y sondear.
Existe una forma de escuchar más elevada que resulta en una verdadera comunicación. La llamamos escuchar genuinamente. Y es el tipo de práctica que queremos aplicar. Pero para escuchar así necesitas hacerlo de distintas maneras:
- Escucha con tus ojos, oídos y con tu corazón.
- Ponte en su lugar.
- Practica el reflejo
Hay un momento y un lugar para escuchar genuinamente. Puedes hacerlo cuando hablas de un asunto importante o delicado. Estas conversaciones necesitan tiempo y no puedes apurarlas.
Escuchar genuinamente en acción es reflejar, es repetir con tus propias palabras lo que la otra persona dice y siente. Con esto puedes hacer un enorme depósito en la CBR de los demás.
La comunicación ya es de por sí difícil, pero incorpora a mamá o a papá en la mezcla. Si quieres mejorar tu relación con tus padres, intenta escucharlos, del mismo modo en que harías con un amigo. Quizá te parezca extraño tratar a tus padres como si fueran gente normal, pero vale la pena.
Como puedes ver ellos, también tienen presiones. Los padres son también personas. Ríen, lloran, se sienten ofendidos y no siempre saben cómo actuar.
Si decides comprender y escuchar a tus padres, sucederán dos cosas increíbles. Primero sentirás más respeto hacia a ellos. Segundo, te saldrás más veces con la tuya.
Ser entendido es tan importante, pero requiere algo distinto de nosotros, requiere valor. Debes hablar de tus sentimientos o te comerán por dentro. Además, si te tomas tiempo para escuchar, tus posibilidades de ser escuchado serán muy buenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario