¡Por fin es viernes! Por fin acaba una intensa semana en el colegio. Estoy cansado y algunos días, como hoy, se vuelven realmente insoportables. Parece como si los que planifican el horario nos quisieran matar. Nos bombardean con las asignaturas más jodidas todas juntas, ¡y encima por la mañana! Hoy he tenido Lengua, Matemáticas y Física, así de sopetón, tres horas seguidas sin casi poder respirar. Y luego se quejan de que no nos concentramos, de que no rendimos bien… anda que ya les vale, podían dejar un pequeño descanso entre cada clase, que al final acabamos molidos. Pero eso no es lo peor, hay otros días en los que te tocas las narices porque tienes asignaturas secundarias que no requieren de mucho esfuerzo. Me parece que aquí hay alguien que no entiende el concepto del equilibrio.
Pero bueno, eso no es lo que tengo ahora mismo en la cabeza. Hoy en la hora de comer se me acercó Sara (la chica que me gusta, por si no os acordáis) y claro yo, como siempre, me puse nervioso. Más tras nuestro numerito en el bus que os conté recientemente.
- Oye Edu, el viernes hay una fiesta en la casa de Pablo ¿Te quieres venir?– me preguntó cariñosamente.
- Ehh.. sí sí sí, por supuesto– contesté con un leve tartamudeo.
- Perfecto, pues entonces, nos vemos a las siete– dijo
Recuerdo que en ese momento casi se me sale el corazón del pecho. No sólo porque la chica de mis sueños me había invitado a un fiestón, que ya es decir, sino porque hace unos días me enteré de que había cortado con su novio; por fin estaba libre. Era la oportunidad perfecta.
Llegué a casa con una sonrisa de oreja a oreja, no podía estar más feliz. Incauto de mí. En casa estaba mi padre:
- ¿Qué tal el día Edu?, ¿qué habéis hecho en cole?– me preguntó
- Pues nada… lo de siempre. Me han invitado a una fiesta ahora, así que me preparo y salgo– le contesté
- ¡Cómo que a una fiesta! Como bien sabes, habíamos quedado que hoy no ibas a salir.
- Pero papá es muy importante para mí. Van todos mis amigos. ¡Y va a estar Sara!
- Edu, ya está decidido: NO.
Seguimos discutiendo durante un buen rato, y creo que ya os imagináis como acabó la cosa. No entró en razones. Al final me quedé viendo una peli en casa. Menudo planazo.
¿Pero qué tendrá en la cabeza?, ¿por qué no hay manera de negociar cuando se cierran en banda? Si supiera comunicarme mejor con mi padre, si pudiera explicarle lo que siento… estoy seguro que él me entendería.
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